Salud Total: Vida sana: qué hacer para sentirse mejor

domingo

Vida sana: qué hacer para sentirse mejor




Comer bien es una inversión en salud. No se cuestión de consumir lo primero que se encuentra a mano ni tampoco vivir a régimen. Se trata de respetar los principios de una buena nutrición y no matarse de hambre.
No se debe vivir obsesionado por el peso. Hay que recordar que un plato debe estar integrado por un 53% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 17% de proteínas. Conviene repartir las comidas en seis ocasiones al día. Una buena dieta es de una 2.000 calorías diarias para las mujeres y 3.000 para los hombres.


Se necesita beber dos litros de agua por día. Es aconsejable llevar consigo una botellita de agua y rellenarla cuatro veces diarias.

Hay que mantener actualizada la información del organismo, por lo que es preciso hacer chequeos médicos para prevenir enfermedades y poner el acento en los aspectos afectados.

Existen cuatro valores del cuerpo que hay que tener siempre en cuenta: peso. colesterol, presión arterial y glucemia (azúcar en sangre).

Hacer algo por exclusivo placer. Por ejemplo un hobby.

Revisar todas las rutinas: laborales, domésticas, sexuales, físicas, etc. Tal vez una o varias molestan o deprimen. Entonces, se debe pensar cómo modificarlas. No es tan complicado, el margen de libertad disponible es mayor del que uno cree.

La vida sexual contribuye al bienestar o al malestar. No corresponde minimizar este aspecto; ante una disconformidad, las opciones son: asumirlo, solucionarlo, hablar con la pareja o con un especialista.

Llevar una vida activa en gimnasios, clubes, al aire libre; se vive más tiempo, se cuida el corazón, mejora el humor y se baja de peso.

Pequeños consejos pueden ser útiles como bajarse del colectivo una parada antes o subirse una parada después, lo que pemite caminar 10 minutos. Bajarse del ascensor dos pisos antes: fortalece las piernas y se gana en capacidad aeróbica.

Dedicar tres minutos de la mañana a estirarse. Arquear la espalda arriba y abajo.

Disponer media hora, tres veces por semana, para caminar en zapatillas.

Se recomienda comer en familia y con amigos. No leer, ver televisión o escuchar radio mientras se come.
Llenar la frutera, por lo menos con una banana, una manzana, una naranja y alguna otra fruta. Son excelentes como colaciones para apaciguar el hambre de la media mañana o la media tarde.

La cena tiene que ser liviana y comer al menos dos horas antes de ir a dormir para facilitar la digestión.
Reducir las grasas animales, preferir productos integrales y aumentar el consumo de verduras y frutas.


Es preferible levantarse de la mesa con una ligera sensación de hambre. La sobremesa hace bien, pero sin comida a la vista.

El buen sueño es clave para la salud. Se debe prestar atención al colchón, el tiempo que ha transcurrido sin cambiarlo, si tiene pozos, si es de buena calidad y si uno se levanta dolorido. El ser humano destina un tercio de la vida acostado sobre él, por lo que debería ser tal vez lo mejor de la casa.

No vivir “enchufado”. Así como hay que dormir ocho horas diarias, se necesita:

crear tiempos para la recreación y el descanso. Dejar la computadora, pensar cinco minutos en otra cosa, estirarse, flexionar el cuello y la espalda. Se está perdido si el estrés es el compañero inseparable.

Hacer meditación y yoga, esta última actividad hace, además, muy bien al cuerpo.

No hay que “engancharse” en discusiones, antes habría que pensar qué sentido tiene.

No atontar la mente con vicios legales y prohibidos. El tabaco, el abuso de alcohol o el consumo de drogas o psicofármacos esconden problemas emocionales. El cigarrillo mata de a poco y conduce a enfermedades respiratorias muy dolorosas.

Tener una mente activa mejora la memoria y retarda el envejecimiento cerebral.

Hacer algo por los seres queridos cada día y rodearse de afectos; la recompensa, en amor, mejora el estado de ánimo y las defensas.

Fuente: Sociedad Argentina de Nutrición

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