El estrés puede dar lugar a un mal funcionamiento de los músculos y nervios.
Los abdominales y la musculatura paravertebral se coordinan para mantener la espalda recta y una postura adecuada, si existe un mal funcionamiento de estos reflejos nerviosos, producto del estrés, podría provocarse incluso pérdida del equilibrio, contracción muscular a destiempo, aumentando la posibilidad de una lesión.
A pesar de que el estrés facilitaría la posibilidad de contracturas en la espalda existen otros factores que provoquen el dolor:
•Híper sensibilidad: Como las estructuras nerviosas se activan con el estrés, el dolor podría percibirse aun más fuerte de lo que realmente es. El umbral de dolor disminuye.
•Actitud negativa: Esta puede provocar que el dolor se prolongue y se intensifique en el tiempo, al considerar, por ejemplo, que el dolor no desaparecerá y le impedirá hacer una vida normal. Otra actitud negativa sería reducir la actividad física por temor a un aumento del dolor, automedicación sintomática. El miedo o la falta de confianza en uno mismo para controlar los episodios de dolor, podrían generar una trasferencia a terceros de las responsabilidades que el dolor o el tratamiento conllevan.
Si se siente muy estresado y esto está afectando a la espalda tendremos que incorporar nuevos hábitos como andar mas, hacer estiramientos... lo más indicado es visitar a su médico para que valore la posible combinación de ansiolíticos y actividad física.
Los ejercicios Pilates de higiene postural y ergonomía son muy eficaces para prevenir los dolores de espalda, pues su finalidad es reducir la carga que soporta la espalda durante las actividades diarias. Además ayudará a reducir la ansiedad y sus efectos negativos en la salud.
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